IA y navegadores
El último artículo del presidente de Mozilla, Mark Surman, contiene varios temas interesantes. Un buen número de reacciones se han centrado más en valorarlo —no les parece aceptable que Firefox parezca quedarse en un segundo lugar—, que en hacer una lectura de su análisis. Creo que lo segundo contiene muchas cosas que merecen la pena.
El propio título ya sitúa los argumentos en términos de eras
Los argumentos de Surman se apoyan en una esquemática interpretación de la historia de internet, desde la perspectiva de una compañía como Mozilla: una compañía que quiere ser un actor relevante en ese curso histórico. Si hace 25 años, viene a decir Surman, la web era el ecosistema principal, ahora esto ya ha cambiado. Él lo junta todo en la expresión "data and AI" como las piezas que se han convertido en imprescindibles para nuestra vida digital.
Lo que se debate es, pues, el acceso. En los productos digitales a menudo las dos dimensiones con las que solemos manejarnos en cuanto a continente y contenido, se confunden. El navegador es un magnífico ejemplo de eso: Mozilla se puso como misión que el acceso a la web no estuviera secuestrado. ¿Qué ocurre si ahora las cosas empiezan a moverse en otro espacio? Pues que Mozilla tiene que moverse para volver a realizar su misión —una misión de accesibilidad— en ese otro entorno.
¿Cómo de rápido tiene que moverse? ¿Son la inteligencia artificial y los LLMs realmente YA un espacio nuevo? ¿No están a lo mejor moviéndose demasiado rápido para algo que todavía tiene mucho de marketing en el sentido de que todavía el anuncio es más grande que la realización? ¿Acaso las aplicaciones móviles borraron el espacio de la web a pesar de haber creado uno distinto?
Yo me quedo con que este tipo propuestas y movimientos son una magnífica oportunidad para que reconozcamos la importancia que realmente tienen esas piezas con las que interactuamos constantemente: un navegador, un prompt, un terminal, un dispositivo de voz, una aplicación... son también un modelo de negocio, un mercado, una nueva forma de vivir y trabajar. Desatendemos demasiado su función.